Por: Marjorie Ariza
Cuando vamos a la cama con nuestra pareja, no solo somos dos, hay que tomar en cuenta que nos pueden estar acompañando una serie de condicionantes que nos boicotean a la hora de vivir la experiencia. Entre estos están la biología (cuya finalidad es la reproducción), la cultura ( lo que hemos imitado de la sociedad, padres, etc), la religión (moral, vergüenza, culpa) y el porno (creencias muy alejadas de la realidad, equivocadas sobre el sexo y la sexualidad).
Todo esto nos lleva a tener creencias que nada tienen que ver con lo que es una de las mejores experiencias del ser humano.
Entre estas están:
- Sexo es igual a penetración.
- El objetivo del sexo es el orgasmo.
- Soy responsable del placer del otro.
- Tengo que ser un buen amante, sin realmente saber qué es eso.
- Tengo que tener sexo a menudo, y comienzo a comparar experiencias con las de los demás.
Todo esto va creando una serie de expectativas y presiones en nosotros que puede llevarnos como consecuencia a sentir frustración, decepción hasta incluso nos puede llevar a padecer disfunciones, siendo una de las más comunes actualmente la falta de deseo.
Lo que suelo escuchar en consulta con mis pacientes, es una experiencia que viven mayormente a través de la mente. Donde se encuentran desconectados del sentir y de sus cuerpos. Entonces lo que naturalmente sería toda una experiencia divina se convierte en un acto mecánico, repetitivo, rutinario, una especie de coreografía que llega a un punto que no se quiere seguir repitiendo. Lo más importante a tener en cuenta es que no estamos en nuestros sentidos, no estamos en el momento “presente”.
Es una sexualidad pene-vagina donde nos olvidamos de todas las demás formas de disfrutar, conectar y sentir placer.
Podemos decir que es una sexualidad inconsciente, que nos aleja. En ocasiones la mujer no ha llegado a excitarse y el hombre ya ha llegado a su punto culminante de eyaculación.
“Así vamos perdiendo el deseo” Suelo escuchar a las parejas en relaciones estables y de larga duración.
Sugiero que de ser así tú caso que vuelvas al inicio de todo, conocerte a ti misma (o). El otro no tiene el manual de tus sensaciones, placer y lo que no te gusta si no se lo expresas y ante todo es de suma importancia te conozcas.
La sexualidad consciente es un complemento a lo que ya haces, va más allá de lo primitivo, básico, del sexo animal. Esta se experimenta a través de todos los sentidos, se vive en nuestro cuerpo en el momento presente.
Dentro de las características de la misma están:
- La inocencia libre de juicios, vergüenza y culpa.
- Disfrutar, estar ahí, sin ningún objetivo que no sea el sentir y conectar.
- Todo se permite siempre sea por consentimiento mutuo.
- Desnudos en cuerpo y alma. Vulnerables, con el corazón abierto. Aquí solo una mirada un roce de manos te sensibiliza y te lleva a sentir todo de una manera totalmente diferente a lo antes vivido.
Si estás interesado en conocer más sobre esto, puedes concertar una cita e iniciar una nueva etapa para lograr una vida sexual y de pareja más plena.