
Te das cuenta… 05-04-2020
Por: César A. Fernández
Y así, un domingo cualquiera, de los incontables días que llevas recluido en tu hogar por la pandemia que nos azota, te despiertas y
Te das cuenta…
Que la naturaleza sigue funcionando a la perfección sin la presencia de los seres humanos; pero los seres humanos no pueden funcionar sin la naturaleza.
Que la brisa fresca y el canto de las aves siempre han estado ahí, pero nuestras ciudades las han ahogado con su contaminación y su bullicio.
Que vamos muy rápido por la vida, a pesar de que nadie nos está esperando.
Te das cuenta…
Que los besos de tu madre son sanadores; y los abrazos de tus amigos energía para el alma.
Que puede ser muy triste vivir solo; pero también una pesadilla vivir mal acompañado.
Que se nos ha olvidado la importancia del descanso; y hemos construido una definición del ocio muy poco saludable.
Te das cuenta…
Que el contagio de enfermedades no conoce de clase social ni desigualdades económicas; pero el acceso a recursos y al tratamiento bajo condiciones adecuadas sí.
Que la cuarentena para quienes viven en barrios marginados no es la misma que para quienes viven en sectores privilegiados.
Que #quedarseencasa para algunos es un lujo, un hashtag y ver netflix; mientras que para otros es una condena, pasar hambre y ver desaparecer sus pocos ahorros lentamente.
Te das cuenta…
Que el trabajo doméstico es laborioso y esencial, pero muy poco apreciado y muy mal remunerado.
Que tus hijos a veces son los del problema, y no los profesores a quienes criticabas injustamente.
Que faltan palabras para describir la admirable e invaluable vocación de servicio de los médicos, y aún así nuestro sistema no los recompensa como es debido.
Te das cuenta…
Que pudiéramos fácilmente vivir con unas cuantas camisas, dos pantalones y un par de zapatos. Todo lo demás es vanidad.
Que gastamos demasiado dinero al mes en entretenciones banales; pero no le damos suficiente propina al empacador del supermercado.
Que la falta de educación y el egoísmo son los peores enemigos del pueblo.
Te das cuenta…
Que estamos acostumbrados a desconfiar de nuestras autoridades, pero creemos ciegamente en los mensajes que recibimos por whatsapp
Que el pánico mezclado con desinformación es el coctel perfecto para el desastre.
Que los medios de comunicación son una poderosa herramienta; para bien y para mal.
Te das cuenta…
Que las fronteras solo existen en los mapas, y estamos más interconectados de lo que podemos comprender.
Que la historia es cíclica y se repite; pero aún así pareciera que no aprendemos de ella.
Que el dolor, el temor y la vulnerabilidad son las cosas que más nos ponen en contacto con nuestra realidad humana.
Te das cuenta…
Que el silencio es hermoso, saludable y necesario.
Te das cuenta…
Que las crisis pueden sacar lo peor de nosotros; pero también lo mejor.
Te das cuenta…
Que sentarte a reflexionar y escribir sobre estas cosas es parte de tu realidad privilegiada.
Te das cuenta…
Que todo esto en algún momento va a pasar, y que probablemente volveremos al mismo lugar donde estábamos antes… sin haber aprendido nada.
Aprende de esto. Despierta. Date cuenta…