
Navidad 101: abraza el gruñón que vive en ti 10-12-2019
Por: Nicholas Higgins
Al contrario del positivismo que expelen en esta época del año muchas personas, algunos de mis amigos psicólogos y coaches, hay muchos de nosotros que nos sentimos de otra forma: gruñones. Y pregunto, ¿cuál es el problema con sentirnos así en esta época?— ¡ninguno!
La sobredosis de música navideña en los centros comerciales, la alegría forzada de otra actividad de la familia, las resacas, el doble sueldo para todo el mundo menos para uno, el tener que comprar regalos para cumplir, y ni se diga la pijamas que muchos consideramos ridículas pero que tenemos que ponernos para las fotos familiares, a muchos de nosotros nos da el impulso de correr para la loma a escondernos.
Afortunadamente existe una figura, nórdica por cierto, que representa la antialegría de la época, y es una figura aceptada, valorada y apreciada — Schmutzli — el anti Santa Claus. Si Santa es bueno, jovial, generoso, alegre, bondadoso, familiar, pues Schmutzli es su opuesto: gruñón, malo, malintencionado, tacaño; y hasta les roba los regalos a los niños. Enhorabuena, ¡digo yo!
Pensando psicológicamente por un momento, los problemas que nos afectan a veces son precisamente el resultado de adoptar una perspectiva demasiado extremista (hacia un solo lado). La alegría exagerada no da espacio para el que no se siente alegre, y esa falta de espacio es lo que induce los síntomas ocultos de la Navidad — depresión, tristeza, soledad, adicciones—. La figura de Schumtzli busca reconocer la necesidad de tener los opuestos en balance para sentirse íntegro. “Luz” y “sombra” van de la mano como Santa y Schumtzli.
Así que…, para quienes se sienten como gruñones en la Navidad, les aplaudo, porque están supliendo precisamente esta dosis de antialegría también necesaria. ¿Te sientes así? Abraza ese gruñón y compártelo conscientemente y con tus seres queridos.